miércoles, 25 de enero de 2012

'Gora ETA', baló el rebaño

La escena ocurrió en el sótano primero de la Audiencia Nacional el pasado lunes cuando comenzó el juicio contra tres presuntos terroristas de ETA acusados de asesinar con una bomba lapa al policía nacional Eduardo Puelles en Bilbao. En un momento dado, uno de los acusados, Daniel Pastor -nombre y apellidos ancestralmente vascos-, se volvió hacia parte del público que había viajado a Madrid a arroparlos en su 'mal' trago antye el dictatorial tribunal y en respuesta a sus reiterados gritos de 'Jo Ta Ke' y 'Gora Euskadi Askatuta' les contestó con un sonoro '¡Gora ETA!' que, recogido por los periodistas presentes en la sala, ayer inundó portadas y titulares.

Hay quien dice que esto no es noticia, quien se indigna acusando a los medios de comunicación de hacer propaganda de la organización armada, que lo noticioso hubiera sido que el 'Gora ETA' lo gritara la juez, por ejemplo, o el fiscal, o un madero de los que en uniforme te mandan callar en los juicios y quedan de corchetes del rey ante las cámaras. Y es cierto que un etarra gritando 'Gora ETA' es tan común como un nazi 'Heil Hitler' o uno del Madrid 'Hala, Madrid'. El problema es que estos 'Gora ETA' se acaban convirtiendo en Euskadi, y en otras partes, en amenazas y extorsiones, en bombas que explotan en universidades o debajo del coche de un cocinero que prepara alubias y torreznos para militares, en tiros en la nuca cuando vas con tu hijo al fútbol, en pintadas por pensar diferente, por no plegarte al terror.

 Y por ello no está mal de vez en cuando recordar qué clase de gente es esta, a qué tótem sangriento invocan, cuáles son sus íntimos sueños cuando se van a la cama o se emborrachan. Al fin y al cabo en toda manifestación pública arropada por un rebaño numeroso no sale más que la bestia inmunda que llevamos dentro y escuchar su siniestro balido conjunto es la antesala del infierno donde los hombres ya no somos tal sino res y objetivo y donde, como escribió Dante, más nos vale perder toda esperanza.